Un militante por la cultura villera

escribe Ignacio Mozetic ▹
César González, o Camilo Blajaquis, tiene veinticuatro años, y pasó cinco preso. Desde que recuperó su libertad el 15 de enero del 2010 hasta el día de hoy lleva publicados dos libros de poesía y participó en cuatro cortometrajes, dos series para Canal Encuentro y un largometraje: Diagnóstico Esperanza.


En una sociedad gris –gris el cemento, gris el humo, grises las balas–, es gris también el inmenso monstruo carcelario que fagocita a las personas para matarlas en vida. Cientos de condenados son a diario digeridos por el frío, los barrotes, la soledad y los palos. Una de sus víctimas fue César González. Estaba pagando en el Instituto de Menores Manuel Belgrano el primero de los cinco años que le correspondían por haberse involucrado en el secuestro de un empresario brasilero. Su porvenir parecía ya trazado: seguir en la delincuencia, salir y entrar de la gayola, morir por una bala policial o, eventualmente, laburar limpiando baños doce horas por día para llevar a su casa un salario miserable.
Ahí lo conoció a Patricio Montesano. Dictaba un taller de magia, pero lo hacia dentro del pabellón y no escoltado por un guardia, lo cual le hizo ganar el respeto de los pibes. Entre truco y truco, Patricio les contó esas cosas que nunca habían escuchado antes de nadie. Les dijo que ellos no eran lacras, si no consecuencias de un sistema injusto. Que no es casualidad que nueve de cada diez presos son de origen humilde. Poco a poco, a César lo hizo conocerse con Arlt, con Walsh, con el Che.
El tiempo pasaba y César leía, preguntándose (y respondiéndose) cosas sobre el sistema que lo había encerrado. Asimismo, para aferrar a algo su cordura y para transformar su dolor en algo positivo, empezó a escribir poesías. Sus hojas abrieron la puerta de la libertad que a diario visitaba, indómita ante las rejas y los palos. Adoptó el seudónimo Camilo Blajaquis, en homenaje a Camilo Cienfuegos, líder de la Revolución Cubana, y a Domingo Blajaquis, sindicalista cuya muerte narra Walsh en ¿Quién mató a Rosendo?. Por supuesto que las autoridades del penal no aprobaron esta anomalía y fue sometido a torturas de los guardias, a tormentos de los psicólogos y trabajadores sociales, y más tarde, a numerosos traslados a otros penales.
  Con ayuda del ya mencionado Patricio y de otros pibes en su misma situación César edita la revista ¿Todo piola?. Sus primeros cuatro números nacieron tras las rejas, y tuvieron que circular clandestinamente. Hoy en día la revista, que se autodenomina “revista de la cultura marginal”, se sigue editando y cuenta con 16 números publicados.
A cinco meses de recuperada su libertad, Camilo Blajaquis editó La venganza del Cordero Atado, una selección de sus poemas carcelarios1. Sus poesías, impregnadas de la angustiante soledad y del encierro opresor, desenmascaran a un sistema que esconde con saña sus miserias; nos enseñan que el capitalismo es una cárcel con dos pabellones: la carencia y el consumo. En sus páginas acusa a todos los maquinistas del sistema: al psicólogo, al trabajador social, al juez, al abogado y al policía. Y todo esto no sólo lo sabe por lo que estudió, sino porque lo sufrió en carne propia.
Después de la experiencia de realizar dos series para Canal Encuentro, César se lanzó a su último y más ambicioso proyecto, Diagnóstico Esperanza2. Historias se cruzan en torno a un robo, como excusa para desplegar ejes que encausan una vida en una villa. La droga, la cárcel, las armas, los niños sin infancia, los sueños frustrados, el abrazo tan necesitado que no está, la mafia policial, etcétera. Además de contar con un argumento sólido, su fotografía es impecable. Cada instante es denuncia, cada secuencia es un martillazo que te destroza, y te increpa con esa tan incómoda pregunta: “¿y vos que haces para cambiar las cosas?”. La película no se deja cooptar por las reglas del cine de géneros, del cine burgués, que muestra a los personajes villeros como a un otro exótico que termina en la cárcel, muerto, o englutido de nuevo por el sistema. En Diagnóstico Esperanza los exóticos, los otros, son los burgueses clase-media, que viven en su mundo de mersa frivolidad3. Cabe aclarar, luego de este breve prontuario, que César es una arista de un movimiento contra-cultural y contestatario que se conforma entorno a lo villero (precisamente, en su programa Corte Rancho4 recorre villas entrevistando a sus protagonistas, tomando tópicos como el arte, el periodismo o el lenguaje como ejes de su cultura). Este movimiento está conformado por revistas como la Garganta Poderosa, Filosofía villera, y múltiples poetas, escritores y músicos. Le quita el micrófono a los representantes de los multimedios masivos y les quiebra su monotonía, plástica y vacía. El alegre grito de los vencidos pareciera crecer tanto que ya no puede ser contenido por su caudal. Y se derrama por los quiscos de revistas, por el cine, por la radio, ¡y hasta por la tele! Y ahí va con la frente en alto, rebosante de dignidad y de orgullo de su identidad villera, determinado a recuperar lo que le fue arrebatado.


1. Pueden encontrarse en el sitio web del autor
2. La película se encuentra completa en Youtube.
3. Para un análisis más exhaustivo de la película véase A propósito de Diagnóstico esperanza: una máquina de guerra, por Luis Franc.
4. La serie se encuentra en la página de Canal Encuentro.

Ilustración por Julián Rodríguez F.Marzo 2014