Editorial #10: De diez

El daño social que genera la falta de cariño nos tiene preocupados. El daño personal que genera la falta de cariño también nos tiene preocupados. Año nuevo, vida nueva. El pelado se fue de vacaciones y dice que no vuelve más, que publiquemos lo que queramos, que si puede va a intentar hacer algo del documental que venía pensando. ¿El Editorial?… Haremos con lo que se pueda. ¿Estilo formal? No se sabe mucho todavía.

Igual estamos de diez. La revista cumple un año y decidimos pensar tranquilos alguna que otra cosa. Vacaciones, pasar a bimestral, entrevistas, investigaciones, cositas nuevas, etcétera. Pero lo importante es que llegamos al décimo número y es hora de que la sección editorial editorialice. No que resuma o justifique su contenido, sino que exprese una inquietud taxativamente: falta cariño.

En este caso, la ausencia de cariño en lo que respecta a nuestro quehacer se ve muy claramente. Estamos cansados de que no nos manden besitos, mensajes de aliento ni nos palmeen la espalda; cansados de que los temas que conforman la vida (social o individual) se traten por arriba, sin argumentos, sin contenido, sin un carajo. Una revista no tiene la fuerza para hacer eso, sólo contribuye a la conformación de sentido (insistimos: sentido individual y colectivo) a partir de un montón de materiales. La diferencia estriba en que son materiales sobre los cuales estamos dispuestos a trabajar —he aquí el problema— con cariño.

Igual, todavía no sabemos qué será del Editorial. Lo que más bronca da es que el tipo este se haya ido y que nunca no haya traído nada decente. Además, tan pelado no era.
 
Año nuevo - Alberto Castillo